Salir de las redes digitales y volver al contacto humano se hace ahora más imprescindible que nunca. Casi dos años de aislamiento físico y emocional dejan una huella que tardaremos en borrar. Por exceso o por defecto, desde las salidas desenfrenadas como cuando sueltas una goma que se ha tenido tensada a tope, hasta las creadas fobias sociales de personas que todavía tienen miedo a salir, a abrazarse, a cruzarse con otras personas, todos síntomas de un confinamiento necesario pero muy dañino, ahora nuestro esfuerzo debe estar encaminado a reprogramarnos, volver a confiar.
Mi aportación a esta recuperación moral, además de mi trabajo directo con las personas, es este libro que intenta de forma práctica y sencilla aportar claves y píldoras para desarrollar relaciones saludables.